29 de enero de 2013

¿Por qué te extraño?


Porque me haces reír. Porque me sorprendes. Porque siempre vas más allá. Porque me haces pensar. Por como me estremeces cada vez que tus labios pasan por mi vientre. Porque me das otra perspectiva de las cosas. Por el deseo con el que me miran tus ojos. Porque sólo después de un orgasmo permaneces quieta. Por tu objetividad en cualquier situación. Por la forma en la que tus dedos se enredan en mi cabello. Por el aroma que desprende tu piel. Porque cuando besas mi frente todo parece estar bien. Porque no me juzgas. Por tu claridad al hablar. Porque tus manos me transportan a otro lugar. Por la forma en que tus piernas se enredan en las mías. Por el tono de tu voz cuando me mimas. Porque tus labios me crean adicción. Porque a veces me desquicias. Porque no eres común. Por lo que me haces sentir. Por como me haces gemir.

19 de enero de 2013

Nadie sabe como yo...


Nadie sabe como yo de la belleza de tu cuerpo,
de la felicidad que desprende entre mis brazos,
y del aroma que derrama cuando duermes.

Nadie sabe como yo de lo que gozas cuando amas,
de lo que sufres cuando quieres.
Nadie sabe como yo de tus secretos,
de tus dudas y pasiones,
de tus glorias y virtudes.

Nadie sabe como yo lo que te amo,
lo que te quiero, y te deseo.
Nadie lo sabe más que yo
y una parte pequeña de tu cuerpo,
que se eriza cuando llego
y que se amansa cuando parto.

7 de octubre de 2012

En mi cabeza


Y es que se me va la cabeza, cuando te acercas, cuando me preguntas estando tan cerca. Mi boca busca la tuya, mis manos anhelan tu cintura. Sonrío si me dices que te bese, que te acaricie...

Cuando te acercas, siento tu aroma, que se me pega, que me estremece cuando lo recuerdo a cada momento en el que estas lejos... y es que se me va la cabeza...

Y dejo de sentir, dejo de respirar, solo me hace falta caminar entre tus sueños, en tus delirios, en tus pensamientos.

Salen solas las miradas, los suspiros que rompen mi calma, cuando te estiras, cuando me abrazas.

Es un sueño del que no quiero despertar, una noche loca de risas y de diferentes encantos, de versos y estrofas que construyo al ritmo de tus latidos...

25 de junio de 2012

No me hagas sentir culpable



Dicen que a veces el mundo puede dejar de tener sentido, pero que llega luego algún momento, algún hecho que por pequeño que sea, hace que recuperes el rumbo de la vida, que encuentres otro nuevo, que en definitiva recuperes ese sentido perdido al seguirlo.

Pero, ¿y qué pasa si no sabes para dónde va? O peor… ¿qué pasa si ni siquiera sabes dónde estás parado?

Supongo que si quisiera saber cómo se encuentra ese rumbo, la pregunta que me debería hacer es muy sencilla: ¿para qué vivo? ¿qué sentido tiene vivir? Pero ¿y si no encuentro respuestas adecuadas?

Si no consigo definir qué sentido tiene mi vida, podría llegar a la conclusión de que mi vida carece de sentido alguno.

Todos sabemos que cada vez que tu camino coincide con el rumbo que decidiste, te sientes satisfecho, sereno y tranquilo, aunque lo que esté pasando no sea maravilloso; y que cada vez que te alejas del rumbo que le da sentido a tu vida, te sientes infeliz aunque sean placenteras algunas cosas de las que te ocurran. 

A todos nos ha sucedido, en algún momento de nuestra vida, que nos hemos sentido mal y hemos dicho que no nos sentíamos bien o que no éramos felices. Entonces alguien se nos acercó y respondió: "¿Tú no eres feliz? ¿Con todo lo que tienes, no eres feliz? ¿Cómo puede ser eso? Si yo tuviera la mitad de lo que tú tienes, sería muy feliz". Esa persona no entiende que, en realidad, ella sería muy feliz con esa mitad. Ahora bien, posiblemente cada uno sea único, indivisible e irrepetible, y lo que a ti te haría feliz, no tiene porque hacerme feliz a mí.

Con todo esto, después de esta pequeña explicación, lo que quiero decir es lo siguiente: “Si te digo que no estoy bien, no me vengas a decir lo maravillosa que crees que es mi vida, no me digas que es imposible no sentirse lleno y feliz con lo que tengo. Primero, que no sabes realmente como es mi vida, y segundo, estoy segura que no tienes ni idea de que es lo que a mí me llena, lo que a mí me hace feliz y me hace seguir adelante. No lo sé ni yo,  así que es imposible que lo sepas tú. Deja de decir que mi camino es perfecto y que tengo un gran futuro por delante, pues sigo el camino que me ha venido dado, y no, aún no he encontrado cuál es el rumbo que yo quiero seguir.”

Así que volviendo al principio, espero que como dicen, aunque a veces el mundo pueda dejar de tener sentido, acabe llegando algún momento, algún hecho que por pequeño que sea haga que recuperes el rumbo y el sentido de la vida. Hasta entonces, no me hagas sentir peor de lo que estoy, no me hagas sentir culpable.

13 de abril de 2012

Se apagó


Con un cigarrillo recién encendido miré al infinito con aire pensativo. En una habitación oscura, desordenada, donde únicamente me acompañaban una botella de alguna bebida alcohólica medio vacía sobre la mesa, un cenicero colmado de restos de tabaco y algunas otras drogas, y la guitarra junto a los papeles que algún tiempo atrás llenaba con brillantes letras que afloraban de mi mente ahora medio muerta.

Hace mucho que no escribo nada. Por tiempo, por cansancio, o quizá porque las musas me hayan abandonado. Tampoco me han dicho porqué se han ido. No lo entiendo. Al igual que tampoco entiendo por qué cada vez que miro a mi alrededor no veo ya nada…

Mi sonrisa se apagó cuando la oscuridad se fue apoderando poco a poco de los días soleados. Cuando ante la alegría e ilusión de los demás, yo sólo podía contemplarla desde fuera, como una mera espectadora de aquello que una vez llegué a alcanzar y que no se si volveré a conseguir. Cuando ante la vida sencilla y no tan dramática de los demás, yo sólo podía añorar un pasado feliz, y esperar con una pizca de optimismo un futuro algo esperanzador, que lentamente evadiera la tristeza de mí ser.

Mi sonrisa se apagó cuando aquellos de los que recibía más apoyo (o al menos eso creía yo) lo hacían únicamente para su conveniencia y no se molestaban, ni siquiera planteaban, cambiar una mínima parte de sus “felices” vidas para ayudar en los momentos difíciles. Es realmente triste recibir ánimos por todas partes y que, en los momentos verdaderamente cruciales de la vida, te encuentres sola y abatida en pleno campo de batalla.

Mi sonrisa se apagó cuando la desilusión se apoderó de mi hogar y se respiraba un ambiente tenso, melancólico, más que insoportable. Cuando la frustración y la ira fueron comiéndome poco a poco. 
Fue en ese momento cuando se apagó mi sonrisa.

Deposité lentamente el cigarrillo encendido en el cenicero y me dirigí al cuarto de baño. Una luz cegadora iluminó la estancia, y fue entonces cuando me permitió que vislumbrase en el espejo una imagen demacrada de mi misma, más pálida y ojerosa de lo que ya estaba acostumbrada. La droga, el alcohol y otros vicios me habían conducido al borde de un precipicio del cual veía imposible alejarme.

- Lo siento, no puedo hacerlo. – Murmuré para mi misma, como si realmente necesitase pedir perdón por lo que estaba a punto de ocurrir.

Estiré el brazo para alcanzar la cuchilla en la que todavía se veían restos de un sospechoso polvo blanco en su metálico y brillante filo. Por un instante cerré los ojos y respiré profundamente para armarme de valor, y sin pensarlo demasiado efectué un profundo corte desde la muñeca hasta el codo, atravesando en línea recta la cara interna del antebrazo. Había escuchado en alguna parte que esa era la mejor forma de hacerlo. Y mientras me recreaba en la visión de la sangre brotando de la herida y cayendo al suelo, por fin, después de tanto tiempo, me sentí libre, y noté como una sonrisa se iba esbozando en mi rostro. Mi corta e intensa vida iba consumiéndose lentamente, al igual que el cigarrillo que había abandonado sobre el cenicero.

17 de julio de 2011

Por eso ojalá hubiese...


Una nunca debe sentirse estúpida por las innumerables idioteces que haya hecho por otra persona. Aunque yo ahora mismo me siento la más ingenua de todas al haber temido ser yo misma sin más.

Me he dejado llevar por las situaciones, he sido impulsiva como siempre, pero mi ser pasional siempre se quedó callado y sus hazañas se llevaron a cabo en la más estricta intimidad. Nunca fui capaz de hacértelo saber.

Ojalá hubiese tenido el valor de contarte que quería hacer las mayores locuras contigo.
Ojalá hubiese hecho lo que realmente necesitaba, robarte las ganas, enfadarte, cantarte, decirte, sonreírte, morderte, llevarte, traerte, proponerte todo aquello que no se puede, aquello que solo se quiere.
Ojalá hubiese sido la definición de imprevisibilidad que siempre llevo conmigo.

No sé si entenderás todo esto. Mientras lo intentas, recuerda mis ojos, ellos sabían decirte todo lo que yo no podía y mi cuerpo no hacía. Entiendo que necesito lo que ya no puedo, que solo quiero que sepas que yo sé y no quiero así, entiende que yo así no puedo. Solo pido quieras saber quién soy para yo poder decirte quién sé que eres.

Se remueve cada milímetro de lo que se dice vida, se remueve en silencio esperando que tú le des salida.

Te quiero llevar lejos y que solo escuches mis movimientos. Que mis palabras sean tu primera y última imagen. Quiero llevarte y que sepas de los mil sabores que buscan en tu injusta ausencia.

Se que no soy la que llevas en tu mente. Solo llego a ser tal vez, la imagen externa de aquella que no fue capaz y sonríe inventando el coraje para no alcanzar lo que teme y sabe que es. Porque soy todo aquello que se muere para que sepas que quiere ser real solo por ti. Soy todo aquello que no sabes de mí.

Por eso guardo las canciones, las lágrimas, porque soy de hierro y en mi autosuficiencia busco tu mano.
Por eso necesito aislarme contigo en medio de todos y así aprender a ser una segunda piel.
Por eso quiero escuchar lo que de mí hablan, para así sonreír frente a ti y volver a hacerlo.
Por eso no tengo miedo de ser tal y como soy. Solo tal vez, de que tú nunca lo sepas.

Ojalá hubiese sido la definición de imprevisibilidad que siempre llevo conmigo.

22 de junio de 2011

No era suficiente


Creo recordar que la primera vez que nos vimos fue hace algo más de cuatro años, rectifícame si me equivoco, pero recuerdo que era una tarde en la que estaba yo aislada del mundo y tú te acercaste a hablar conmigo. Y no creí que fuera nada especial, pero hace un año nos volvimos a encontrar, otra coincidencia más, y aunque esta vez solo coincidimos en un lugar sin tan solo hablar, otra vez algo me hizo fijar mi mirada en ti. Pero nada más, todo volvió a quedar ahí.

Luego paso un tiempo más cuando de repente volviste a aparecer en mi camino, aunque esta vez ya sería distinto, esta vez compartiríamos parte de nuestros días. Y no sé como lo hiciste, pero justo llegaste en el momento en el que yo cambiaba todo a mí alrededor.

No soy muy buena en entender esto del destino, eso de las coincidencias y todo lo demás, pero si hay algo detrás de todo esto, le doy las gracias por haberme hecho ver que realmente sí te tenía que conocer. No recuerdo ni el cómo ni el porqué, pero si que hubo un día en el que entendí que los momentos que pasábamos juntas, tal como los pasábamos, no eran suficientes. Empezaba a notar que tenía mucho más que ofrecer, mucho más que dar.

18 de mayo de 2010

¿nuestra vida o nuestras vidas?


Cuando te des cuenta de que realmente lo que quieres es estar conmigo, entonces será cuando nos pongamos a valorar todos los obstáculos que tendríamos y que acabaríamos superando, pero no al revés, no mires ni pienses en los obstáculos que tendríamos o que tenemos, y por ello deduzcas que no quieres estar conmigo.

Tú y yo sabemos que lo que realmente deseas es poder estar a mi lado. Tú y yo sabemos, porque en el fondo tú también lo sabes, que lo que te pasa es que te da miedo reconocerlo, te da miedo sentir algo por mí, llevarlo hacia delante y construir algo sólido y serio conmigo. ¿Por qué te da miedo?

Deja que salga eso que sientes y que intentas esconder, podríamos tener una vida muy bonita juntas, pero así, así lo único que conseguimos son dos vidas mediocres llenas de conformismos.

1 de mayo de 2010

Quiero llegar a odiarte


Podría decir por qué te quiero, enumerar esas cosas que nadie sabe apreciar pero que a mí me encantan. Pero no soy idiota, todos sabemos perfectamente que no quieres saber esos porqués, que preferirías no saber ni siquiera, qué es lo que siento hacia ti. Así que, con tu permiso, te diré todo lo que quiero odiar de ti…

Quiero odiar tu forma de mirarme, y esa manera en que me tratas cuando estamos a solas.
Quiero odiar tu mirada, y esos ojos marrones que me encantan.

Quiero odiar tu personalidad, y esa forma de hablar cuando te enfadas.
Quiero odiar tus manos, y esos labios que me cuesta tanto olvidar.

Quiero odiar tu voz, y esa forma de caminar cuando vas con prisa.
Quiero odiar tu pelo, y esos pequeños defectos que me encantan.

Quiero odiar tantas cosas de ti, que en resumen, quiero odiarte para no amarte.

13 de marzo de 2010

Entre sábanas


Aquella noche fue algo extraña, aquella noche en la que volvimos a estar tú y yo aún no he llegado a entenderla.

Por un momento volvimos a sentirnos, volvimos a encontrarnos con la luz apagada, entre estrellas. Tu piel volvió a tocarse con la mía, y tus manos empezaban a recorrer un camino que ya conocían, un camino por el que ya antes habían pasado, les era familiar, lo recordaban, y ahora volvían a encontrarlo y disfrutar con él.

Yo seguía inmóvil, no podía reaccionar a lo que estaba pasando, ¿era aquello real o solo uno más de mis sueños? ¿Qué pasaba? ¿Qué debía hacer? ¿Volvíamos a tenernos, o solo te apetecía pasar un rato conmigo? Debía estar disfrutando del momento, de nuestro momento, pero por mi mente solo pasaban preguntas, interrogantes que no sabía responder y me paralizaban.

Pero eso a ti no te frenaba, tú seguías con tu objetivo, tus manos seguían recorriendo mi cuerpo sin detenerse, jugabas con mi pelo, lo enredabas entre tus dedos. Luego bajabas poco a poco, con tus manos marcabas el camino que recorría todo mi cuerpo, y por un instante te detuviste en mi boca para acariciar mis labios, casi fue un instante imperceptible, pero sirvió para hacerme estremecer, era el momento de dar el siguiente paso, pero mi cuerpo no me respondía, seguía inmóvil junto a ti dejándose querer. Podía notar cada uno de tus movimientos, cada una de tus caricias. Y decidiste que era el momento de jugar bajo mi ropa, tus manos ahora recorrían mi cuerpo al desnudo...

No entendía nada, pero aquella noche volvíamos a estar tú y yo entre sábanas.

28 de febrero de 2010

Cuéntame...


Cuéntame tus penas, tus temores y alegrías, tus más profundos deseos, tus más grandes mentiras. Cuéntame lo que a otros no puedes contar. Cuéntame lo que a ti misma te quisieras contar...

Cuéntame que estás enamorada, que eres feliz. Cuéntame que lo has vivido todo, que lo has vivido sin mí. Que has visto más cosas de las que un día pensante. Que no regresarás al tiempo, que estás bien así...

Cuéntame también que a veces te sientes sola, que no hay nadie a tu lado, y nadie vendrá a ti. Cuéntame que en las noches extrañas mis abrazos, o que en lo más profundo de ti, me prefieres a mí...

Cuéntame que la tristeza te hace compañía y que tú te conformas, que te quedas tranquila. Cuéntame que a veces no puedes y explotas, o que la vida es tan dura, que no quisieras otra...

Cuéntame que te es muy difícil aceptar la verdad, decirte a ti misma, que no volveremos jamás. Cuéntame que hay veces en las que te arrepientes y quisieras volver, regresar y no equivocarte más...

Cuéntame ¿alguna vez te has puesto a pensar en todas esas cosas que algún día dejaste atrás? ¿Pensaste que lo eterno alguna vez podría acabar? ¿Te levantaste, te caíste, y luego ya no podías más?

Cuéntame que ha pasado tanto tiempo, que simplemente ya no hay cómo recordar. Que me miras de lejos y no alcanzas una caricia, un beso que no puedes olvidar...

Cuéntame que te sientes sola, que nadie nunca te podrá acompañar. Cuéntame que has perdido la esperanza, y que tu ilusión se ha terminado de acabar...

Cuéntame... ¿qué te parece la soledad? ¿te sienta bien? ¿o es algo que no puedes soportar? ¿acaso te acostumbraste? ¿pudiste llenar aquel vacío gigante que te toca llevar?

Cuéntame que cada vez que pasas bajo la sombra del árbol aquel, te sientas, lloras y recuerdas. En tus sueños me imaginas, no me puedes olvidar...

4 de enero de 2010

"La llama eterna"


La llama eterna es algo que se presupone que durará para siempre, pero ésta llama tiene a su guardián, siempre hay alguien que la vigila, la cuida e intenta que nada ni nadie interrumpa su destino.

Podríamos intentar comparar el amor con esa llama eterna, aunque tampoco es tan eterno como aparenta, el amor no es un sentimiento que aparezca y que sea imposible que desaparezca. El amor hacia una persona se conserva si se cuida, se mima, si la persona a la que va dirigido lo compensa, si entre los dos se consigue que crezca, que no se consuma.

Yo puedo hacer que mi amor sea como esa llama eterna, pero tendrías que ayudarme a cuidarlo, si lo dejo de lado, si no hacemos nada por él, no puedo asegurarte que cuando lo quieras aún esté, no puedo asegurarte que no desaparezca.

1 de enero de 2010

Año nuevo... ¿vida nueva?


Ya tenemos aquí el nuevo año, y con él, como siempre, los propósitos que todos nos hacemos con la mejor intención del mundo minutos antes de empezar las campanadas (aunque la mayoría de veces nunca nos acaben llegando a febrero). Para mí el año pasado tuvo bastantes momentos muy nefastos, algunos más bonitos, muy bonitos y algún que otro espectacular. Y visto lo visto, después de hacer todo el repaso de lo que he vivido, he decidido que es mejor pensar que "the best is always yet to come". Tal vez este nuevo año seguiré con mi obsesión de escaparme a éste otro mundo, seguir con esa necesidad de escapar de la realidad, de cambiarla al contarla, de narrarla de una forma tan abstracta y tan poética, e incomprensible a veces, como para que el lector no acabe de entender muy bien de lo que hablo. Pero de todas formas hay una cosa que si tengo clara en la vida, y es que: tus amigos pueden ayudarte, tus amantes te pueden animar, tu familia puede darte cierto sentido de pertenencia a algo; pero lo que tú mismo no hagas por ti, no lo hará nadie más. Así que este 2010 será un año maravilloso en tanto que yo me ponga las pilas para que lo sea, y si no... de qué.

29 de diciembre de 2009

Pasado o presente...


Empiezo a pensar... bueno, realmente creo que empiezo a tener claro que el pasado no es tan responsable como pensamos, de lo que nos pasa en el momento presente. Todo lo que sentimos, lo que decimos y hacemos, es por algo que nos ha pasado ahora, que nos está pasando, algo que sentimos en este momento.

Si piensas en una persona que siempre has odiado y que sigues odiando, seguro que es porque siguen habiendo cosas que hacen que eso siga así. Pero que anteriormente la odiaras, no quiere decir que ahora también tengas que seguir haciéndolo, si no hay razones para hacerlo, ¿porque hacerlo?

Es igual que si pensamos en lo contrario, en una persona a la que quieres. Que en un pasado hubiera ese sentimiento de cariño, incluso de amor, no implica que en tu presente ese sentimiento siga estando, que sigas teniendo ese cariño hacia esa persona... Si amas a alguien, si quieres a alguien, mira tú situación actual, seguro que lo haces por tu día a día, porque esa persona es importante para ti hoy, sin importar si antes lo fue o no.

Intenta no mirar demasiado al pasado, podrías perder tu presente...

6 de diciembre de 2009

Intentando llegar a un final


Si, ya sé que puedo parecer una persona muy extremista, incluso llegando a rozar el punto de ser un poco bipolar, tal vez sea que tengo doble personalidad, o tal vez triple, aunque la verdad es que no lo sé, nunca me puse a contarlas...

Pero para ser sinceros reconozcamos algo, y es que las cosas por pequeñas que sean pueden llegar a hacérseme enormes... Sé que con un grano de arena puedo hacer montañas, y no es que sea ningún tipo de maga o hechicera, más bien es que soy demasiado visceral, demasiado sentimental aunque no lo parezca. Y si, también soy de las que sueña incluso despierta, sin darse cuenta, a lo mejor me encuentro tranquila sentada en cualquier lugar cuando de repente me sorprendo imaginando posibles acontecimientos, escenas ficticias que nunca sucederán.

Muchas veces me he encontrado soñando contigo, con lo que me gustaría hacer a tu lado. Algunos dicen que es algo que nunca se irá, que siempre estará ahí esa ilusión por que algún día pueda volver a tenerte, pero yo creo que por fin se acabó.

No sé cómo se fue así de repente, sin avisar, pero un día desperté y esa sensación de querer tenerte a mi lado ya no estaba, había desaparecido. Es extraño, la noche anterior no conseguía dormir porque solo podía pensar en besarte, y a la mañana siguiente ya todo había desaparecido. ¿Puede ser que después de esos más de cinco años, finalmente haya desaparecido todo lo que pensé que sería para siempre? Aunque si todo a desaparecido, ¿por qué sigo escribiendo sobre ti?

¿Lo ves? Como ya he dicho al principio, soy un poco bipolar, ni siquiera puedo empezar y acabar estas líneas sin contradecirme. Tal vez quiero pensar que por mi parte todo se ha acabado para no ser la estúpida que sigue soñando, y pensar que como tú, yo también he conseguido olvidarlo todo y no sentir nada. O tal vez si sea cierto que esa sensación ya no está, y que por fin conseguí olvidarte.

Quién sabe, creo que es una situación que nunca llegaré a entender, que nunca sabré cual es su final, ¿y sabes por qué?, porque creo que por mucho que yo haya olvidado, o que diga que he olvidado, se que como siempre estaré ahí, que seguro que si un día apareces, sería capaz de dejarlo todo por ti, por estar contigo, como ya hice alguna vez. Y es que en el fondo creo que tenías razón cuando dijiste que nuestro destino es acabar juntas, pese a que seguramente tú lo dijiste por decir, igual que cuando comentabas que aún sentías algo por mí, o que sentías que si volvíamos a vernos podría pasar alguna cosa por tu parte, que aún tenías esas ganas de besarme, ¿realmente sentías todo aquello?. Yo sí puedo decirte que todo lo que te decía era cierto, que si mi comportamiento no acompañaba a lo que alguna vez te había dico, era porque no quería arriesgarme a quedar en ridículo, a volver a ser yo quien diera ese paso.

¿Sabes? Ya creo que perdí cual era el significado de estas palabras, ya no sé porqué empecé a escribirlas, y con qué propósito eran. Creo que intentaba sincerarme conmigo misma, pero que acabé contando demasiado y contradiciéndome bastante. Al menos espero que me perdones por haber contado todo esto por aquí y haberlo hecho un poco público, realmente esa no era mi intención, yo solo intentaba llegar a la conclusión de que por fin olvidé ese sentimiento romántico hacia ti.